martes, 8 de enero de 2013

El color de mis sueños

El consumo visual en la sociedad de la imagen

Espigador@s de la cultura visual: Comentario

Las perspectivas sobre la cultura visual expuestas en esta obra de Fernando Hernández están relacionadas entre sí, pero son muy distintas en su esencia y significado final. Cada una de ellas plasma una manera de ver la cultura visual; una manera de afrontar esa realidad en las aulas de nuestros centros educativos.

La primera de ellas es la perspectiva proselitista, la cual ve la cultura visual como una corruptora de categoría de lo que los niños y niñas perciben por sus sentidos. Según esta teoría, la conducta de los jóvenes estará directamente inducida por lo que perciban de la realidad visual. Difiero totalmente de esta afirmación, ya que creo que los jóvenes, muy especialmente en los días que corren, están más que acostumbrados a recibir todo tipo de estímulos externos que los incitan a hacer aquello o esto otro. Tal saturación de estímulos provoca la distracción del joven, y la discriminación de los mismos, lo cual trae como consecuencia una dotación efímera de importancia por parte del joven hacia esos estímulos. De esta manera pretendo explicar que sí, hay muchas manifestaciones de la cultura visual que son dañinas, o no políticamente correctas, pero los jóvenes no las otorgan excesiva importancia y no controlarán sus conductas.

La perspectiva analítica, sin embargo, no se mete a valorar la adecuación o no de las manifestaciones de la cultura visual. Lo que pretende es ortorgar de sentido crítico a los receptores de esas manifestaciones: los jóvenes. Y es eso precisamente, en mi opinión, lo que hay que hacer: enseñar a nuestros alumnos/as a aceptar aquello que según su juicio personal es correcto, y discriminar y rechazar aquello que según ese mismo juicio no es correcto, o es necesario apartar. Es decir, crear sujetos críticos, con sus propias ideas y creencias, y de esta manera evitar sumisiones o sujetos pasivos y dominados. Esta es una de las tareas que tenemos los docentes y los padres. Y es esto precisamente lo que hay que conseguir.

La perspectiva de la satisfacción es la que podemos observar en la mayoría de los centros educativos actuales. Podremos observar figuras, cuadros, fichas, etc., ambientadas en películas Disney, o personajes de Pixar… todo ello fundamentado en el hecho de que a los niños y niñas les gusta. Pero esto no sería lo correcto a mi juicio. Esto no les ayuda a los jóvenes a descartar, a discriminar; simplemente les ayuda a reforzar su gusto por algo que ya les gustaba de antemano. Este sistema puede valer para motivar al alumno en alguna actividad, pero no para formarle visualmente.

Por último, la perspectiva autorreflexiva nos aporta un punto de vista más que interesante, pero en mi opinión, difícil de aplicar. El hecho de no pedagogizar ciertos conceptos culturales y sí otorgarles de un sentido popular y definitorio, es una teoría que sobre el papel queda muy bien plasmada, pero que en la práctica conlleva una dificultad, en mi opinión, demasiado profunda. Yo creo que pedagogizar ese tipo de experiencias es lo que hoy hay que empezar a hacer, buscar experiencias significativas, que relacionen lo que los niños aprenden en la escuela con lo que tienen en casa o lo que les pasa en su día a día. Todo lo demás, será trabajo extra que, por unas causas o por otras, en la práctica, no se podrá aplicar.

OFFSIDE, de Jafar Panahi: Comentario

Se trata de una película cuyo director, el iraní Jafar Panahi, también fue el encargado de producirla. Estamos ante una película más realizada desde el punto de vista de la crítica social, producida y realizada para dar una imagen de las “costumbres” que se presentan en la sociedad del país del director, Irán.

En este país, tal y como se muestra en la película, la accesibilidad a los campos de fútbol está restringido para el sexo femenino, siendo únicamente accesible para los varones. En la película se trata el caso concreto de un grupo de chicas, muy futboleras, que intentan entrar en un campo de fútbol para presenciar un partido fundamental para la selección de su país, que podría clasificarse para el mundial. Ante la negativa de la seguridad del estadio, intentan colarse infructíferamente, por lo que son detenidas por un grupo de soldados, y son obligadas a permanecer sin poder visionar el partido junto con esos soldados.

La película de Panahi refleja un caso concreto de censura en un país islámico, pero obviamente no es un caso aislado. De hecho, el director del metraje es un hombre reincidente en la producción de películas de denuncia y crítica contra la sociedad de su propio país, Irán. Incluso, durante el rodaje de Offside, tuvo que soportar un control del gobierno iraní, que revisó lo que de la película ya se había filmado por si se había incluido alguna escena que no fuera del gusto del gobierno. Un control propio de un país dictatorial y falto de libertades por doquier.

En la película, en algunos momentos, también se refleja la realidad de los soldados que tienen retenidas a las chicas, los cuales están realizando su trabajo por obligación y sin más remedio. Lo único que desean es regresar a su vida social y cotidiana.

Otro dato curioso que he podido recabar por las opiniones que circulan por internet, es el hecho de que los actores que protagonizan la película (Sima Mobarak Shahi, Safar Samandar, Shayesteh Irani…) son completamente novatos, es decir, es la primera película en la que participan, la primera película en la que trabajan como actores.

En definitiva, queda patente en la película la falta de derechos y libertades que hay en Irán, y que existen, aún hoy en día, en multitud de países y que, quizás nosotros, por el hecho de estar tan lejos, no nos damos cuenta. Pero la realidad está ahí, en países como Corea del Norte, Arabia Saudí, Cuba, China… Países en los que con sólo asomarse por encima del muro, ya nos hacemos una idea de la situación en la que se vive en esas sociedades.

Aquí dejo el trailer de la película subtitulado en castellano:


Coca-Cola y la "economía de la experiencia"

La economía de la experiencia está basada no en la venta de un simple producto: pretende inculcar con ese proceso un estilo de vida, es decir, vender a través de ese producto un estilo de vida. Esta es la tendencia seguida por algunas empresas para sus campañas de márketing, y el ejemplo más claro, desde mi punto de vista, es Coca-Cola.

Si visionamos un spot de Coca-Cola veremos claramente que no se anuncia un simple refresco, sino algo más. Los anuncios de Coca-Cola están plagados de mensajes implícitos: gente disfrutando, pasándoselo bien, canciones que hablan sobre solidaridad y felicidad mundial y sin discriminación, que hablan sobre un mundo de paz y sin violencia... Los spots de Coca-Cola son, en definitiva, una alegoría de optimismo y solidaridad. Y eso es precisamente la economía de la experiencia: no se vende solo Coca-Cola, el refresco enlatado; se vende optimismo y solidaridad. Es decir, el mensaje que se pretende difundir es: "Compra Coca-Cola y haz de este un mundo mejor", como si la propia bebida refrescante proporcionara esa felicidad de forma espontánea.

Y si hay algún spot de Coca-Cola que más explícitamente exponga estos principios, ese es el que se estrenó en el año 2011, en el que uno a uno se exponen caasos particulares de cómo transformar lo negativo en positivo, pero es mejor verlo a través del propio spot en el portal de vídeos Youtube:



Coca-Cola es uno de los casos que a mí más me han llamado la atención respecto a esta estrategia de márketing que es la "economía de la experiencia", pero no es la única. Hay muchos más ejemplos, como por ejemplo SWATCH, la conocida marca de relojes que lanzó en su momento una campaña para que sus clientes se pusieran el reloj en la muñeca derecha... ¡Y lo consiguieron! Y así montones de casos más, como Apple, BlackBerry, etc.