martes, 8 de enero de 2013

Coca-Cola y la "economía de la experiencia"

La economía de la experiencia está basada no en la venta de un simple producto: pretende inculcar con ese proceso un estilo de vida, es decir, vender a través de ese producto un estilo de vida. Esta es la tendencia seguida por algunas empresas para sus campañas de márketing, y el ejemplo más claro, desde mi punto de vista, es Coca-Cola.

Si visionamos un spot de Coca-Cola veremos claramente que no se anuncia un simple refresco, sino algo más. Los anuncios de Coca-Cola están plagados de mensajes implícitos: gente disfrutando, pasándoselo bien, canciones que hablan sobre solidaridad y felicidad mundial y sin discriminación, que hablan sobre un mundo de paz y sin violencia... Los spots de Coca-Cola son, en definitiva, una alegoría de optimismo y solidaridad. Y eso es precisamente la economía de la experiencia: no se vende solo Coca-Cola, el refresco enlatado; se vende optimismo y solidaridad. Es decir, el mensaje que se pretende difundir es: "Compra Coca-Cola y haz de este un mundo mejor", como si la propia bebida refrescante proporcionara esa felicidad de forma espontánea.

Y si hay algún spot de Coca-Cola que más explícitamente exponga estos principios, ese es el que se estrenó en el año 2011, en el que uno a uno se exponen caasos particulares de cómo transformar lo negativo en positivo, pero es mejor verlo a través del propio spot en el portal de vídeos Youtube:



Coca-Cola es uno de los casos que a mí más me han llamado la atención respecto a esta estrategia de márketing que es la "economía de la experiencia", pero no es la única. Hay muchos más ejemplos, como por ejemplo SWATCH, la conocida marca de relojes que lanzó en su momento una campaña para que sus clientes se pusieran el reloj en la muñeca derecha... ¡Y lo consiguieron! Y así montones de casos más, como Apple, BlackBerry, etc.

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